4. Inglaterra Anglosajona: Mundo Secular y Mundo Espiritual

Mundo secular y espiritual

La gama de trabajos copiados o compuestos en la Inglaterra anglosajona revela una cultura enfocada en el conocimiento de la antigüedad, el mundo de los primeros cristianos, el continente y la cristiandad oriental. Obras de Plinio, Cicerón, Dioscórides y Vitruvius pueden encontrarse en las bibliotecas inglesas, junto con las de Agustín de Hipona, Gregorio Magno, Efrén el Sirio, y otros Padres de la Iglesia, y de importantes sabios y poetas cristianos como por ejemplo Orosius, Isidoro de Sevilla, Sedulius y Prudentius.

Bajo la inspiración de este legado se crearon muchas obras nuevas. Bede exploró la naturaleza del tiempo y el mundo natural, y creó una influyente rama de la historiografía apartándose de la tradición del registro analítico de los eventos y la polémica semi-histórica.

Byrhferth de Ramsey continuó más tarde con la expansión de las fronteras del conocimiento científico en la tradición de Bede, mientras que muchos aspectos del conocimiento médico anglosajón (seleccionados tanto de la antigüedad como de los remedios transmitidos oralmente por el folclore, siendo estos últimos de un carácter decididamente mágico) se conservaron en los “Leechbooks”. La información astronómica, astrológica y calendárica también tenía una parte fundamental en el conocimiento del mundo para los anglosajones y sus contemporáneos, y una cantidad de obras contienen información sobre estas materias. También se manifiesta el interés por la geografía, en copias de textos tales como las “Maravillas de oriente”, descripciones de la Tierra Santa y cuentos de viajeros, como los narrados por el noruego Ohthere a Alfredo el Grande. Hay un avanzado e intrigante mapa del mundo en un manuscrito inglés del siglo XI, que prefigura el “mappae mundi” medieval posterior.

Verso secular y culto cristiano

Una tendencia del siglo X hacia la producción de antologías también lleva al registro de una exquisita tradición poética; muchos ejemplos de ella habían sido compuestos para el “mead-hall” (salón donde se reunían los vikingos) y se conservaban de forma oral. Además de los poemas seculares, como “El viajero errante” (“The Wanderer”), “Lamento de la Esposa” y “Wulf”, y épicos como “Beowulf” y “La Batalla de Maldon”, se compusieron varios poemas cristianos, como el “Himno de Caedmon”, “El sueño de la cruz” y “Judith”. También se recurrió a las reglas métricas que gobernaban la poesía griega y latina, para relacionarlas con la composición poética anglosajona, en gran medida por influencias de la escuela de Canterbury con el Arzobispo Teodoro y el Abad Hadrián, y sus pupilos, en particular Aldhem. Los acertijos (“Riddles”) compuestos por autores tales como Aldhem y Tatwine, si bien eran entretenidos, tenían la intención de ayudar en la propagación de tales reglas métricas.

Se necesitaban varios libros para la realización del culto. Las Sagradas Escrituras estaban disponibles en varios tipos de manuscritos: Biblias, evangeliarios o leccionarios, grupos de libros del Antiguo Testamento y salterios. Los misales y breviarios (o sus componentes) se necesitaban para la misa y el divino oficio respectivamente (aunque las copias menos lujosas de estos libros raramente sobreviven). Todavía existen unos pocos libros de coro, junto con algunos libros específicos, como por ejemplos los benediccionarios, que contienen bendiciones episcopales. El inglés y el irlandés son lenguas que se dan mucho a la escritura y comentario exegético, o interpretativo, de las Sagradas Escrituras, siendo Bede y Alcuino sus principales exponentes. Las homilías y los sermones también fueron uno de sus puntos fuertes, descollando en este tipo de composición Aelfric y Wulfstan durante la última parte del siglo X. También existía una rica tradición de devociones privadas, representadas principalmente por un grupo de libros de oraciones de Mercia de principios del siglo IX, y por antologías posteriores.

Las vidas de los Santos y otros

Con una impresionante tradición eclesiástica, no es de sorprenderse que la Inglaterra anglosajona haya generado una gran cantidad de vidas de santos locales, además de producir copias de obras hagiográficas más “universales”. Entre las contribuciones inglesas a este género pueden citarse las vidas de San Cutberto (de Bede), la Vida de San Guthlac (de Félix) y las vidas de Swithin y Alphege.

Por otra parte, surgió una tradición biográfica secular, tal vez bajo la influencia carolingia, manifestada en la “Vida de Alfredo” (de Asser), la “Vida de Eduardo el Confesor” y la notable “Apología” o “Encomium” a su madre Emma (de Eduardo). La importancia del linaje y el parentesco dentro de la sociedad anglosajona se despliega además en las genealogías, que fueron compuestas trazando la descendencia de figuras como por ejemplo Woden (y muchas veces también personajes bíblicos), para establecer el valor y la legitimidad de varias personas y sus casas. Las posibilidades presentadas por estas obras para su uso como propaganda no parecen haber sido pasadas por alto, ni tampoco (eventualmente) la de otra gran obra, la “Crónica Anglosajona”, comenzada durante el reinado de Alfredo (871-899) y continuada en varias versiones, una de las cuales llega hasta 1154.

[…] de estos muchos y variados libros fue una tradición de alfabetización pragmática representada por las cartas (documentos de propiedades), los registros de los sínodos y concilios eclesiásticos, las manumisiones o registros de liberación de esclavos, decretos reales, e importantes registros administrativos, como “Tribal and Burghal Hidages”. También quedan muchos testamentos (de hombres y mujeres), incluyendo el de Alfredo el Grande, que, junto con las cartas, proporcionan información sobre las propiedades. Hay un rarísimo caso de supervivencia: un documento oficial relacionado con las posesiones de la abadía de Ely, que nos da importantes datos sobre la economía rural. Hay otros documentos relacionados con el comercio y las regulaciones gremiales, que arrojan luz sobre la vida urbana. Tal vez los más importantes entre todos sean los códigos legales emitidos por gobernantes como Ine de Wessex, Ethelberto de Kent y Alfredo, que suministran posiblemente el más detallado y estimulante vistazo de la vida de la Inglaterra anglosajona.

Marvels of the East (Maravillas de Oriente). Segundo cuarto del siglo XI. Winchester o Canterbury (?). Los fabulosos habitantes de Oriente (incluyendo un elefante), ilustrando un tratado de la Antigüedad Tardía copiado en este volumen misceláneo de conocimiento universal. (BL Shelfmark Cotton MS Tiberius B.V (pt.I), f.81.) British Library.









The Harley Psalter (Salterio de Harley). Principios del siglo XI (con adiciones posteriores); Canterbury. Detalle de la ilustración para el Salmo 103, en la más antigua de las tres copias inglesas sobrevivientes del Salterio de Utrecht. Este influyente libro carolingio (de inspiración en la Antigüedad) fue hecho cerca de Rheims, aproximadamente en el 820, fue presentado en Inglaterra y dio origen al "estilo de Utrecht". Las diferentes respuestas de los varios artistas y escribas a su modelo es instructivo: este artista lo siguió al pie de la letra, enfatizando ciertos detalles. Esta copia inglesa introduce además mucho más color que el original. British Library.

Fuente: (no es una traducción literal):
An Introduction to Anglo-Saxon Manuscripts. Fathom.
véase el art. en:
http://www.fathom.com/course/10701049/session3.html

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